domingo, 15 de mayo de 2022

 Hagamos un Timanfaya en La Palma

           

Recientemente asistí a un encuentro con empresarios y directivos, antiguos alumnos de la promoción del PADE 2003 y 2011, promovida por el Instituto Bravo Murillo en el Hotel Hacienda de Abajo, en Tazacorte, La Palma, un auténtico museo, repleto de antigüedades y obras de arte.

El encuentro tenía por objeto compartir reflexiones en torno a dos cuestiones. Por un lado como el Instituto puede contribuir a ayudar a los palmeros que se han visto gravemente perjudicados por la erupción del volcán de Cumbre Vieja,  que se inició el pasado 19 de septiembre y que tuvo en vilo a la población durante 85 días,  y por otro, debatir sobre propuestas de futuro para paliar la grave crisis social y económica, motivadas por la pandemia y la  erupción volcánica.

Tengo que decir, que soy una persona que no suelo irme por las ramas y que no rehúyo dar mi opinión cuando tengo la oportunidad de hacerlo, pero hay ocasiones en que no siempre se dan las circunstancias, aunque si que era el momento y lugar oportunos.

Por ello, con este post, quiero compartir mi visión y dar mi opinión sobre este asunto que creo es de vital importancia para los palmeros, sin que ello  suponga que mi opinión tenga que ser considerada como una solución, mas allá de ser una idea en la que llevo pensando desde un primer momento.

En primer lugar por aquello de que opinar es gratis, mi deber es reconocer los intereses legítimos de todos los damnificados, sean empresarios o particulares, y dando por hecho que ninguna solución contentará a todos.

Pero con una visión del interés general y lo que desde mi punto de vista puede ser un revulsivo para la economía de la isla, encabezo este post con este título “Hagamos un Timanfaya en La Palma”.

Los Parque Nacionales en las islas mueven millones de turistas y a nadie se le escapa que es un atractivo turístico de primer orden.

Timanfaya es el segundo Parque Nacional más visitado del archipiélago  con más de dos millones de vistas al año,  por detrás del Teide, con 2.800.000,  seguido del Garajonay con 900.000 y la Caldera de Taburiente con 410.000 visitantes (datos del ISTAC de 2010).

Actualmente las casi 1100 Hectáreas de terreno sepultados por las coladas son propiedad de sus titulares, pero según la Ley, son patrimonio geológico e histórico, por tanto, sus propietarios no pueden hacer uso de esos terrenos.

Por otra parte, los terrenos ganados al mar, fajana, son de titularidad estatal, y forman parte del patrimonio natural de la isla.

En este contexto, cuando digo “hagamos un Timanfaya en La Palma” me quiero referir a la posibilidad, de usando la experiencia  de Timanfaya, reproducir en La Palma una atracción turística de similares características.

Para ello, es obvio que habrá que modificar alguna normativa para que esto se pueda materializar.

Hacer un Timanfaya, no es simplemente hacer visitables las coladas, mediante excursiones o rutas guiadas, sino, hacer un centro de visitantes, con restaurantes, mirador, centro de interpretación, punto de información y de venta de artesanía, así como, el poder hacer Géiser artificial,  quemas de rastrojos, para ilustrar a los visitantes sobre las altas temperaturas existentes, alguno podría decir "y porque no ponemos Camellos", también, porque no.

Además, en los lugares que actualmente están fijados como puntos de observación, desarrollar algunas infraestructuras que permitan acceder con comodidad y que dispongan de zonas de servicio.

Todo ello contribuirá sin duda a dinamizar la economía de la isla y a desarrollar una actividad turística en torno al volcán.

Esto también llevará aparejado para todas aquellas parcelas que no estén totalmente afectas y estén en el entorno de las coladas,  en las que se permita edificar,  se construya de forma que las edificaciones se mimeticen con el entorno, para evitar un impacto visual.

Además creo que es una oportunidad para eliminar el plástico de los invernaderos  de las explotaciones plataneras, así como, el momento para repensar que cultivos alternativos se podrían dar, para acabar con el monocultivo del plátano y diversificar nuestra agricultura.

No quiero extenderme más,  pero sería oportuno aprovechar esta desgracia, para en términos de oportunidad ,  redefinir el modelo económico de la isla, y acometer muchos de los proyectos hoteleros metidos en cajones, por falta de seguridad jurídica,  para que los inversores vean en esta tierra la posibilidad de llevar acabo esos proyectos, seguros que hay muchos mas, alguno de los cuales se comentaron, como aprovechar la energía. entre otros.

Gracias y reitero mi mas profundo respeto a todos los damnificados, que puedan ver en esta humilde opinión, una amenaza a sus legítimas pretensiones.